Al igual que con los espectáculos, la experiencia de visitar un museo o un centro cultural tuvo que reinventarse. Para algunos, los que venían realizando eventos y exhibiciones online desde hace algunos años o contaban con colecciones digitalizadas, fue algo más fluido. Casi todos, eso sí, aprovecharon de cuestionarse sus rol social, su relación con sus audiencias y comenzaron a explorar nuevos territorios para generar valor con sus contenidos.
En Chile, bajo el alero de Corfo, se creó el Nodo Artes Vivas, donde 10 instituciones culturales repensaron el modo en que articulan su quehacer y su oferta de productos y servicios culturales. Mediante metodologías de diseño de futuros, se exploraron potenciales áreas de negocios que van más allá de la venta de tickets, tales como aspectos curatoriales o de know how local, los cuales tendrán una nueva etapa de implementación e internacionalización a partir del 2022.
Según la Unesco, casi el 90% de los museos en el mundo estuvo completamente cerrado durante la pandemia. Esto obligó a varios a generar diversas acciones para mantenerse vigentes: el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) salió del espacio museal y desarrolló una exhibición con obras de más de 100 artistas colombianos en las calles, a modo de afiches, las que en paralelo se publicaron en insertos dentro del diario El Tiempo. En Chile, el CECREA de Punta Arenas creó un noticiero hecho por niños, niñas y adolescentes magallánicos desde sus casas, llamado Noticreas.
Desde una perspectiva más experimental, la galería Ender Gallery ha funcionado como una residencia de artistas alojada y creada íntegramente en el popular juego online Minecraft, abriendo nuevas posibilidades en la integración de plataformas y medios para la creación y difusión de obras y productos culturales.